Trabajadores que confeccionan trajes, calzado y adornos para las Entradas se unen para luchar por su continuidad, y pese a todo, deberíamos aprender que el lujo de las fiestas no debe ir unido al dispendio y al derroche de algunos empresarios que campan a sus anchas, muchos de ellos metidos, o con contactos en las Juntas centrales para tener "contactos de primera mano", y de manos hablamos por experiencia propia desde hace años.
Más de 8.000 familias viven de las fiestas en la provincia, artesanos que han heredado de padres y abuelos quehaceres necesarios para un brillante lucimiento de fiestas tradicionales como los Moros y Cristianos y que ven su oficio en peligro a causa del parón de las celebraciones por la pandemia, que ha complicado enormemente la supervivencia de pequeños negocios y empresas familiares que mueven más de mil millones de euros al año.
Detrás de las Entradas de Moros y Cristianos y de sus boatos hay trabajadores que llevan tres temporadas sin actividad, con colecciones completas de trajes colgados y sin apenas ingresos pues ya habían invertido su dinero en la fabricación de la indumentaria cuando estalló el covid.
«Hay familias enteras que vivimos de los Moros y Cristianos y son tres temporadas sin trabajar»
Ante la falta de ayudas y un parón que amenaza con arruinar a pequeños empresarios autónomos de media provincia con cuatro y cinco generaciones de oficio, empezaron a surgir asociaciones en poblaciones con potentes fiestas de Moros y Cristianos como Alcoy, Villena, Elda y Petrer, que acaban de constituirse en la nueva Federación de Asociaciones de Empresas, Artesanos y Artesanas del sector de las fiestas de Moros y Cristianos y Tradicionales para defender sus intereses ante las administraciones.
La federación, abierta a todos los artesanos de estas fiestas de la provincia (en Valencia ha nacido otra similar), está a la espera de los resultados del estudio que realiza la Universidad de Alicante sobre el volumen económico que representa el sector para hacer valer su peso ante la Generalitat y el Estado.
Son trabajadores que confeccionan trajes de alquiler, calzado para desfilar, adornos metálicos de esta particular indumentaria, bisutería, ornamentos de espectáculos, trofeos... Como explica una de las representantes de la Federación, Ángela Jordán, de Villena, ni siquiera han podido resarcirse cosiendo para bodas, bautizos y comuniones ante la cancelación masiva de las ceremonias.
INFORMACIÓN reconoce su empuje por sobrevivir y que una industria artesana de la provincia de Alicante no se pierda. Junto a Jordán gestionan la federación Modesto Moiña, de Alcoy; y Carlos Coves, de Elda.
Fuente Diario Información
Imágenes Villena Cuéntame
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